Casi 200 veterinarios se manifiestan en Jaén, a las puertas de la Subdelegación del Gobierno.
Como si de la famosa canción de Sabina se tratara, “mucho, mucho ruido”, es lo que se ha vivido el pasado miércoles 26 de marzo a las puertas de la Subdelegación del Gobierno en Jaén, con motivo de la convocatoria de concentración del Ilustre Colegio Oficial de Veterinarios de Jaén, y la Asociación Jiennense de Empresarios Veterinarios (AJEVET), que ha discurrido entre las diez y las doce del mediodía en la capital jaenera.
El acto era simultaneado en las 52 provincias españolas; el motivo: el polémico Real Decreto 666/2023 y su falta de adaptación a la práctica veterinaria, real y efectiva en nuestro país.
Intentar sustentar la idea de la aceptación del Real Decreto, en base a que el colectivo veterinario debe adaptarse a la lucha contra la resistencia antibiótica, obviando la premisa básica de que precisamente es el colectivo que más comprometido está con dicha causa; entroncada directamente con el concepto OneHealth, predicado de forma sistemática y protagonista precisamente por los auténticos garantes de la Salud Pública, es como que el alumno europeo, venga a España a enseñar al maestro paellero el sofrito de la paella.
El RD 666/2023, no solo ignora las funciones prácticas de los veterinarios, sino que además sanciona de forma desmesurada, el incumplimiento de la normativa más alejada del interés general que se recuerda en años, estableciendo protocolos que ponen en riesgo la vida de las mascotas.
Es por ello que, a través de distintos manifiestos, los veterinarios han levantado sus voces hoy para reivindicar la modificación del Real Decreto, incluyendo la retirada de PRESVET, y reiterando la necesidad de que el veterinario pueda prescribir en base al criterio clínico y la evidencia científica; la posibilidad de la venta de los medicamentos con destino exclusivamente para los animales, bajo el cuidado de los veterinarios/as, con la finalidad de completar el tratamiento de los mismos, al igual que sucede en el reto de Europa; y la vuelta a la normalidad, es decir, al IVA reducido que antes de la crisis económica de 2012, correspondía a los servicios veterinarios.
El día 26 de marzo, se ha producido con la multitud de concentraciones por toda España, un nuevo acto del colectivo veterinario en la defensa de la profesión, de la salud de los animales y de la Salud Pública, con un camino incierto que durará, tanto como el actual Gobierno, quiera continuar desoyendo al colectivo de los profesionales veterinarios.
Y es que como reza el famoso estribillo, “Tanto ruido y al final, por fin el fin”; un fin que solo llegará cuando el legislador otorgue a la ley el objetivo formal y material de la misma, que nunca puede ser otro, que atender a las necesidades sociales que regula.
El colectivo ha alzado su voz impetuosa; en Jaén, casi doscientas voces como una sola. Y no cejará en su empeño hasta conseguir, poder seguir realizando su labor principal: salvaguardar la Salud Pública.
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